Creando el mundo

solSi verdaderamente soy lo que escribo, si mi realidad son las hojas que escribo y las que leo, si mi mundo real es el mundo que yo mismo creo y no el que creí durante tanto tiempo que debería ser el mundo en el que debería creer, si todo esto es verdad, como lo es en verdad, entonces yo sé que puedo ser feliz siendo el que soy, siendo como soy, una persona amorosa y justa, que gusta de su esposa y de su familia, de sus hijas e hijos, de sus amigas y amigos, de la gente buena que hay por ahí.
Puedo ser feliz empezando el día con lluvia, como está el día ahora. Día que es noche, pues verdaderamente todavía no amaneció, pero el estar aquí escribiendo estas cosas me hace bien, me gusta, como sé que le gusta a otras personas que de repente me lo hacen saber. Entonces qué me importa la edad que dicen que tengo, la edad que el documento de identidad puede llegar a decir que tengo. Que me importa la edad, me importa el tiempo.
Lo que soy es este tiempo, no es la edad. Yo sé que en seguida empezarán las veredas, empezarán las caras, la distancia, la ausencia física de una persona muy querida que habita en mi corazón y cuyo nombre es conocido, así que no te lo voy a decir, que te creés, che, no seas tan chusma. Y como te decía, como ser, ah, sí, te venía contando que en seguida llegará el diario a la mesa, con las noticias, como le llaman a lo que quieren que uno crea sobre el mundo, y que son más bien inventos, para mantener a la gente con miedo, desconfiada, asustada.
En realidad habrá sobre la mesa también un mate cocido, y una cara que sonríe cuando comienza el día, pues aprendió a ver el día como bueno, tanto si llueve como si hace sol, y esta es la cara de mi padre, por qué no lo habría de decir. Está dicho, el día está ahí, como queriendo ya asomarse, como queriendo decir que esta ahí de hecho, y uno se pone contento por esto, porque ya el canto del pájaro de la mañana.
Agradeces em tu corazón por tantas cosas: la vida, el amor, este estar pudiendo poner la vida en hojas que se deshojan, se desparraman, vuelan en todas direcciones, envuelven a quien está leyendo esto y van más hacia allá todavía, infinitamente, hacia adentro y hacia afuera de tí, indefinidamente. Creas el mundo en que vives.

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