Nada es lo mismo

Nada es lo mismo.
Nada es lo mismo que nada.
Todo es específico, particular, individual.
Nada puede ser substituído o reemplazado por ninguna otra cosa.
Puede haber aproximaciones, parecidos, semejanzas, y las hay.
Pero cada cosa es lo que es, y no otra cosa.
 
Hablar por teléfono no es lo mismo que mandar mensajitos.
Caminar no es lo mismo que hacer flexiones.
Levantarse temprano no es lo mismo que levantarse tarde.
 
Nada es lo mismo,
Pero yo sigo siendo siempre el mismo.
Tampoco cambia el amor
Ni el color o los colores que me orientan.
Esta es mi guía, mi rumbo, mi dirección.
 
No dejo de tener tropiezos o desorientaciones
Pero voy y vengo
Y cada retorno me encuentra un poco más aquí, un poco más entero, un poco más integrado en mi historia de vida y en mis valores.
Lloro y mis lágrimas son un recuerdo de un pasado que vuelve, de sentimentos de abandono y desamor
Y este mismo llanto es el que me va amalgamando más con la luz que soy hoy, que siempre fui, que siempre seré.
 
Escribir es salvar un suicida, dice el poeta Mario Quintana.
Yo escribo para ir amaneciendo más y más a mí mismo.
La historia y las historias que dolieron y duelen cuando vuelven
Se resuelven en este noble río que me restituye incesantemente al origen que es Dios, amor, familia, amistad, fe, comunidad, sueños, arte, poesía.
Cada poemita bueno o malo, nuevo o viejo, es un arrimo más a lo eterno que nos cobija.

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