Ecos

Ayer estuvimos en la capilla ecuménica de la UFPB. Primer jornada comunitaria de la VIII Semana Teológica Padre José Comblin. Increíble que ya hayan pasado tantos años de la partida de esta persona tan significativa y tan querida.

Un momento de oración, reflexión y meditación. Lectura del evangelio del día. ¿Qué es aquello que permanece para siempre? La fe. El amor. La solidaridad. El Padre Comblin tuvo la virtud de transmitirnos estas realidades de manera simple y vivencial.

Trajo el evangelio de vuelta a la vida. Lo sacó de sus prisiones institucionales. Esto es un gran mérito. Evocamos el contexto de Medellín. La Iglesia en opción preferencial por los pobres. Ambigüedades de un clero que trata de asimilarse al mundo y al mismo tiempo escapa de él.

El documento número 105 de la CNBB-Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil. La mujer en la Iglesia y en la sociedad. La religión como profesión y como vocación y misión. Contradicciones. El Papa Francisco. Amistad. Familia. Arte y cultura.

Y la resistencia al régimen ilegal que oprime a la ciudadanía. Recordé los años 1968 y siguientes en Mendoza, Argentina. Tiempos de luchar para que no hubiera hambre ni violencia ni dominación. Toda esa lucha es contínua. Esta flor estaba en las cercanías del lugar de la celebración. Y fue un retorno a mi infancia.

(06-08-2018)

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